Estimados amigos, clientes y colegas, inició abril y ya sin los requerimientos de inicio de las clases escolares retomo el blog. En esta nota voy a hacer referencia a lo vital del contexto en el que se desarrolla la actividad inmobiliaria en este 2022. Quedaron atrás los meses de zozobra en nuestra actividad, por los motivos típicos del período vacacional. En marzo gracias al condimento extra hot del conflicto bélico promovido por Rusia, hasta la pandemia pareció haber quedado atrás. El impacto de la guerra en nuestro clima económico tiene un costado más obvio en lo referente a la falta de gas/materias primas, etc y su efecto sobre la inflación; y por otro lado el impacto de la inflación en la economía mundial no nos ayuda. Mayor inflación en los países serios, más tarde o más temprano conlleva una suba en las tasas de interés, y eso borra cualquier intención en la mente de un inversor por querer invertir en nuestra golpeada Argentina, pudiendo obtener mejores tasas de ganancias en los países ricos en monedas duras.
El plato de la crisis está servido y demás está decir que también aderezamos con salsas ácidas y guarniciones amargas de maceración local: acuerdo con el fondo muy conflictuado para el gobierno y de cumplimiento inverosímil para muchos; además un poquito de sobre aceleración en la inflación nuestra de cada día vuelve insostenible los negocios para muchos, y la vida para muchos más. Los políticos juegan su juego de cara a las elecciones de 2023 lo que deja a la sociedad y todas sus problemáticas en la intemperie. La calle explota de mano de algunos movimientos sociales y cualquier expectativa de descompresión socio-económica en 2023 de tan lejana, parece ciencia ficción.
Los aportes gestados por diputados y senadores para dinamizar el mercado están enmarcados en una lucha sorda totalmente ajena al ciudadano de a pie. En lo que tienen que ver directamente con el mercado inmobiliario, se anuncia una nueva ley de alquileres salvadora que detuvo totalmente por 60 días lo poco de mercado de alquileres que había y ahora asusta con el impuesto a la vivienda ociosa. Por si todo esto resulta poco estímulo a la suba de la presión arterial, se amenaza con una suerte de blanqueo medio de prepo(arruinarían una de las pocas cosas realmente buenas para el mercado inmobiliario) “para con eso pagar la deuda”que no parece traer mucha tranquilidad ni buen clima de inversión porque “se premia” a quien informa de algún contribuyente sospechoso, lo que solo denota por el momento, desesperación por captar un dólar y la desesperación por parte de un estado acorralado , sabemos que está muy cerca de generar miedo en quien tiene capital. Pareciera este blanqueo por esa razón desde su concepción estar destinado al fracaso. Veremos.
El contexto siempre se impone en años electorales. El tema es que no me canso de escuchar entre mis clientes que están esperando el cambio de gobierno.Si destaco el contexto en esta ocasión es porque este NO es un año electoral, pero desde la percepción de los cliente con ganas de hacer cambios importantes, si. Muchos de quienes pueden invertir están decididos a esperar. Esperar en un mercado con las cifras en ventas más bajas de toda su historia, significa a futuro aún menos actividad, menos ventas y menores precios en los inmuebles. A todos nuestros clientes y amigos hemos asesorado correctamente en los últimos años a través de este blog. Recomiendo enfáticamente aprovechar este momento para quienes tienen que vender su inmueble para comprar otra. Puede ser momento de una gran oportunidad para este tipo de operación porque las oportunidades se dan a la hora de comprar. Podemos elegir mejor entre una multitud de oferta, y podemos comprar con un gran descuento, cosa que nos permite también otorgar un gran descuento al comprador de nuestra propiedad sin perder dinero. Como se dice en la jerga el secreto del negocio está en comprar bien. Este es el enfoque para no permitir que la crisis permanente que vivimos nos amargue e impida avanzar en cumplir nuestros sueños de vida.
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